27 de marzo de 2009


Te escribo estas últimas líneas,
nacidas del desvelo,
del deseo, de la abstinencia,
para que las guardes de por vida
y me creas que te quiero,
es verdad que solo son palabras,
las hubo, las hay, las habrá,
tu eterna desconfianza,
el “todos dicen lo mismo”,
y eso que todos no pasan mis noches
imaginando lo que seria,
inventando historias, situaciones
que nunca ocurrieron,
y quizás que nunca lo serán,
me basta con que sepas
que no endulzo tu oído,
y hasta cuando me enojo
pienso en abrazarte,
escuchar tus maldiciones
reprochando mis dudas,
que no son tales,
te diría que empeño mi vida
por un respiro en tu cuello,
que me acaricies el pelo,
y me digas dulces sueños,
en la cama te espero…

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